miércoles, 28 de enero de 2009

El silencio del alma


El silencio del alma
Neale Donald Walsch


Recuerda, los silencios mantienen los secretos, por tanto, el sonido más dulce es el sonido del silencio.
Esa es la canción del alma, algunos escuchan el silencio en la oración, otros cantan la canción en su trabajo, algunos buscan los secretos en la contemplación tranquila.

Cuando se alcanza la maestría o se experimenta, los sonidos del mundo pueden apagarse, las distracciones aquietarse.

Toda la vida se convierte en meditación

Todo en la vida es una meditación, en la que contemplas lo Divino y experimentando de esta manera, todo en la vida está bendito.

Ya no hay lucha ni dolor ni preocupación.

Sólo hay experiencia

Respira en cada flor, vuela con cada pájaro, encuentra belleza y sabiduría puesto que la sabiduría se encuentra en todos los sitios donde se forma la belleza.

La belleza se forma en todas partes, no tienes que buscarla, sino que vendrá a ti.

Cuando actúas en este estado, conviertes todo lo que haces en una meditación y así, en un don, en un ofrecimiento de ti a tu alma y tu alma a El Todo.

Al lavar los platos, disfruta del calor del agua que acaricia tus manos, al preparar la cena, sientes el amor del universo que te trajo este alimento y como un regalo tuyo al preparar esta comida viertes todo el amor de tu ser.

Al respirar, respira largo y profundo, respira lenta y suavemente, respira la suave y dulce nadería de la vida, tan plena de energía, tan plena de amor.

Es amor de Dios lo que estas respirando,

Respira profundamente y podrás sentirlo.

Respira muy, muy profundamente y el amor te hará llorar.......... de alegría.

Porque conociste a tu Dios y tu Dios te presentó con tu alma.

Utiliza tu vida como una meditación y todos los eventos en ésta.

Camina en la vigilia, no dormido.

Muévete con perfección, no sin ella y no te detengas en la duda ni el temor, tampoco en la culpa ni en la autorrecriminación, reside en el esplendor permanente con la seguridad de que eres muy amado.

Siempre eres Uno con Dios, Siempre eres bienvenido a casa

Porque tu hogar es Mi corazón y Mío es el tuyo

Somos todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será.

QUE DIOS TE BENDIGA

martes, 20 de enero de 2009

Los que no servimos para nada


Autor: José Luis Martín Descalzo


Yo estoy seguro de que los hombres no servimos para nada, para casi nada. Cuanto más avanza mi vida, más descubro qué pobres somos y cómo todas las cosas verdaderamente importantes se nos escapan. En realidad es Dios quien lo hace todo, quien puede hacerlo todo. Tal vez nosotros ya haríamos bastante con no enturbiar demasiado el mundo. Por eso, cada vez me propongo metas menores. Ya no sueño con cambiar el mundo, y a veces me parece bastante con cambiar un tiesto de sitio. Y, sin embargo, otras veces pienso que, pequeñas y todo, esas cosillas que logramos hacer podrían llegar a ser hasta bastante importantes. Y entonces, en los momentos de desaliento, me acuerdo de una oración de cristianos brasileños que una vez escuché y que no he olvidado del todo, pero que, reconstruida ahora por mí, podría decir algo parecido a esto: Sí, ya sé que sólo Dios puede dar la vida; pero tú puedes ayudarle a transmitirla. Sólo Dios puede dar la fe, pero tú puedes dar tu testimonio. Sólo Dios es el autor de toda esperanza, pero tú puedes ayudar a tu amigo a encontrarla. Sólo Dios es el camino, pero tú eres el dedo que señala cómo se va a Él. Sólo Dios puede dar el amor, pero tú puedes enseñar a otros como se ama. Dios es el único que tiene fuerza, la crea, la da; pero nosotros podemos animar al desanimado. Sólo Dios puede hacer que se conserve o se prolongue una vida, pero tú puedes hacer que esté llena o vacía. Sólo Dios puede hacer lo imposible; sólo tú puedes hacer lo posible. Sólo Dios puede hacer un sol que caliente a todos los hombres; sólo tú puedes hacer una silla en la que se siente un viejo cansado. Sólo Dios es capaz de fabricar el milagro de la carne de un niño, pero tú puedes hacerle sonreír. Sólo Dios hace que bajo el sol crezcan los trigales, pero tú puedes triturar ese grano y repartir ese pan. Sólo Dios puede impedir las guerras, pero tú pues no reñir con tu mujer o tu hermano. Sólo a Dios se le ocurrió el invento del fuego, pero tú puedes prestar una caja de cerillas. Sólo Dios da la completa y verdadera libertad, pero nosotros podríamos, al menos, pintar de azul las rejas y poner unas flores frescas en la ventana de la prisión. Sólo Dios podría devolverle la vida del esposo a la joven viuda; tú puedes sentarte en silencio a su lado para que se sienta menos sola. Sólo Dios puede inventar una pureza como la de la Virgen; pero tú puedes conseguir que alguien, que ya las había olvidado, vuelva a rezar las tres avemarías. Sólo Dios puede salvar al mundo porque sólo Él salva, pero tú puedes hacer un poco más pequeñita la injusticia de la que tiene que salvarnos. Sólo Dios puede hacer que le toque la Primitiva a ese pobre mendigo que tanto la necesita; pero tú puedes irle conservando esa esperanza con una pequeña sonrisa y un "mañana será". Sólo Dios puede conseguir que reciba esa carta la vecina del quinto, porque Dios sabe que aquel antiguo novio hace muchos años que la olvidó; pero tú podrías suplir hoy un poco esa carta con un piropo y una palabra cariñosa. En realidad, ya ves que Dios se basta a sí mismo, pero parece que prefiere seguir contando contigo, con tus nadas, con tus casi -nadas.

jueves, 15 de enero de 2009

Cuando somos un milagro


Conducía de vuelta a casa alrededor de las cinco, tras de una reunión, atascado en el tráfico del Bulevar Colorado, cuando el auto comenzó a fallar y se apagó a duras penas pude empujarlo, maldiciendo, a una estación de gasolina, contento solamente de no estar obstruyendo el tráfico y que tendría un lugar más tranquilo para esperar la grúa. Ni siquiera se podía enderezar. Antes de que pudiera hacer la llamada, vi a una mujer saliendo de la tienda de conveniencia que pareció resbalarse sobre el hielo y cayó sobre un dispensador de combustible, por lo que me levanté y fui a ver cómo estaba.Cuando llegué donde estaba, parecía más bien que había sido más sobrecogida por el llanto que por la caída; era una joven mujer que se veía bastante desaliñada con ojeras alrededor de sus ojos. Dejó caer algo cuando la ayudaba a levantarse y lo recogí para dárselo. Era una moneda de cinco centavos.En ese momento, todo quedó claro para mí: la mujer llorando, la antiquísima camioneta repleta de cosas con tres muchachos en la parte de atrás (uno en un asiento del auto), y el dispensador de combustible leyendo $4.95. Le pregunté si todo estaba bien y si necesitaba ayuda, a lo que ella seguía diciendo: "No quiero que mis hijos me vean llorando", así que nos paramos al lado opuesto del dispensador a su auto. Ella dijo que conducía hacia California y que las cosas estaban muy duras para ella en ese momento. Así que le pregunté: "¿Y está orando?" Eso la hizo alejarse de mí un poco, pero le aseguré que no era un loco y le dije: "Él la oyó y me envió".Saqué mi tarjeta de crédito y la pasé por el lector de tarjetas para que pudiese llenar el tanque de su auto, y mientras cargaba el combustible, me dirigí al McDonald's de al lado y compré dos grandes bolsas de comida, algunos certificados de regalo por más, y una gran taza de café.Ella le dio la comida a los muchachos en el auto, quienes le cayeron como lobos, y nos quedamos parados junto al dispensador comiendo papitas fritas y conversando un poco.Me dio su nombre y compartió que vivía en Kansas City. Su novio la había abandonado hacía dos meses y no había podido arreglárselas sola. Sabía que no tendría dinero para pagar la renta el 1 de enero por lo que, finalmente, había llamado a sus padres, con quienes no se había comunicado en cinco años. Ellos vivían en California y le dijeron que podía mudarse con ellos y comenzar de nuevo allá. Así que empacó todo lo que poseía en el auto. Le dijo a los muchachos que se iban a California para Navidad, pero no que se mudaban para allá.Le di mis guantes, un breve abrazo y dije una rápida oración a su favor por seguridad en el viaje. Al dirigirme a mi auto, ella dijo: "Así que, es Ud. un ángel o algo parecido?" Eso, definitivamente, me hizo llorar. Le dije: "Querida, para esta época, los ángeles están muy ocupados, así que a veces, Dios utiliza a gente normal".Fue tan increíble ser parte del milagro de alguien. Y, por supuesto, como pueden imaginarlo, cuando me subí a mi auto, encendió de una vez y me llevó a casa sin problema alguno.Lo meteré al taller mañana para revisarlo, pero sospecho que el mecánico no hallará problema alguno con él. Algunas veces los ángeles vuelan tan cerca de uno que podemos escuchar el batir de sus alas...Escrito por un interno de medicina de Denver MetropolitanaEnviado por Tony IrigoyenNunca dejes de creer en Dios y en los milagros que él hace. Sobre todo no menosprecies la oportunidad de ver cuando Dios te convierte en un milagro para otros. Hoy podría ser uno de esos días.Dios hizo señales y milagros grandes y terribles en Egipto, sobre Faraón y sobre toda su casa, delante de nuestros ojos. Deuteronomio 6:22De las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano poderosa y el brazo extendido con que el Señor tu Dios te sacó; así hará el Señor tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres. Deuteronomio 7:19Prefiero recordar las hazañas del Señor, traer a la memoria sus milagros de antaño.Salmo 77:11

martes, 13 de enero de 2009

“A PESAR DE TODO”


A pesar de que se duermen
mis sentidos por rutina.
A pesar de esta apatía
que bosteza enmohecida.
A pesar de muchas broncas
que quedaron escondidas.
A pesar de mis fracasos,
mis pecados, mis caídas.
A pesar ya de ilusiones
que están por siempre dormidas,
y de fantasmas internos
prendidos en mis pupilas.
A pesar de que me invento
muchas veces la sonrisa.
A pesar de que me trague
mis verdades, mis mentiras.
A pesar de mis defectos,
de mi cólera, de mi ira,
y de mis eternos miedos
que desde mi alma silban,
y que viva disfrazando
mis pequeñas cobardías.
A pesar de mi pasado
que me espía a escondidas.
A pesar de mis angustias
que rasguñan mis costillas.
A pesar de mi energía
que se agota, se termina,
y del paso de los años,
de mis luchas, mis heridas.
A pesar de todo eso…
Sigo apostando a la vida.
Carlos Alberto Boaglio

domingo, 11 de enero de 2009

La risa como terapia



Todos hemos experimentado lo bien que nos sienta reírnos. Hay toda una línea de investigación sobre el aspecto terapéutico del humor y no sólo en la Psicología sino también en la Medicina. El estrés, el desasosiego y la frustración se traducen con frecuencia en trastornos físicos, porque mente y cuerpo forman una unidad. Si las emociones negativas producen cambios químicos nocivos en nuestro cerebro y en nuestro cuerpo, las emociones positivas y por supuesto la risa, producirán lo contrario.
La risa está localizada en la zona prefrontal de la corteza cerebral, la parte más evolucionada del cerebro. En esta zona, según los expertos, reside la creatividad, la capacidad para pensar en el futuro y la moral. Sin embargo, conforme cumplimos años y se nos supone más sabios, perdemos la espontaneidad de dejarnos llevar por la risa, de buscar la carcajada o de encontrar la parte cómica a las situaciones. Por eso, hay veces que conviene aprender a reír, o a recordar cómo se reía.
Reírse es una función biológica necesaria para mantener el bienestar físico y mental.
Cuando reímos, el cerebro emite una información necesaria para activar la segregación de endorfinas, específicamente las encefalinas. Estas sustancias, que poseen unas propiedades similares a las de la morfina, tienen la capacidad de aliviar el dolor, e incluso de enviar mensajes desde el cerebro hasta los linfocitos y otras células para combatir los virus y las bacterias. Las endorfinas desempeñan también otras funciones entre las que destaca su papel esencial en el equilibrio entre el tono vital y la depresión. De ellas depende algo tan sencillo como estar bien o estar mal. Como se puede comprobar, aprender a reír es algo más importante de lo que parece a simple vista.
Efectos físicos de la risaEjercicio: con cada carcajada se ponen en marcha cerca de 400 músculos, incluidos algunos del estómago que sólo se pueden ejercitar con la risa. Limpieza: se lubrican y limpian los ojos con lágrimas. La carcajada hace vibrar la cabeza y se despeja la nariz y el oído. Además, elimina las toxinas, porque con el movimiento el diafragma produce un masaje interno que facilita la digestión y ayuda a reducir los ácidos grasos y las sustancias tóxicas. Oxigenación: entra el doble de aire en los pulmones, dejando que la piel se oxigene más. Analgésico: durante el acto de reír se liberan endorfinas, los sedantes naturales del cerebro, similares a la morfina. Por eso, cinco o seis minutos de risa continua actúan como un analgésico. De ahí que se utilice para terapias de convalecencia que requieren una movilización rápida del sistema inmunológico.
Rejuvenecedora: rejuvenece al estirar y estimular los músculos de la cara. Tiene, además, un efecto tonificante y antiarrugas. Previene el infarto: el masaje interno que producen los espasmos del diafragma alcanza también a los pulmones y al corazón, fortaleciéndolos. Facilita el sueño: las carcajadas generan una sana fatiga que elimina el insomnio.
Reir es un gran ejercicio que además de tener grandes beneficios para nuestro cuerpo, ayuda a eliminar el stress, exteriorizar y socializar, aliviar depresiones y ver la vida más sencilla.


viernes, 9 de enero de 2009

La Cabra y El Asno

Una cabra y un asno comían al mismo tiempo en el establo.La cabra empezó a envidiar al asno porque creía que él estaba mejor alimentado, y le dijo: "Entre la noria y la carga, tu vida sí que es un tormento inacabable. Finge un ataque y déjate caer en un foso para que te den unas vacaciones".Tomó el asno el consejo, y dejándose caer se lastimó todo el cuerpo. Viéndolo el amo, llamó al veterinario y le pidió un remedio para el pobre. Prescribió el curandero que necesitaba una infusión con el pulmón de una cabra, pues era muy efectivo para devolver el vigor. Para ello entonces degollaron a la cabra y así curar al asno.En todo plan de maldad, la víctima principal siempre es su propio creador.Fábula de Esopo

jueves, 8 de enero de 2009

No estorba rezar

Dicen que rezar cambia las cosas, pero es realmente cierto que cambia algo? ¿Rezar cambia tu situación presente o tus circunstancias? No, no siempre, pero cambia el modo en el que ves esos acontecimientos.¿Rezar cambia tu futuro económico ? No, no siempre, pero cambia el modo en que buscar atender tus necesidades diarias. ¿Rezar cambia corazones o el cuerpo dolorido? No, no siempre, pero cambia tu energía interior. ¿Rezar cambia tu querer y tus deseos? No, no siempre, pero cambiará tu querer por el querer de Dios. ¿Rezar cambia como el mundo? No, no siempre, pero cambiará los ojos con los que ven el mundo. ¿Rezar cambia tus culpas del pasado? No, no siempre, pero cambiará tu esperanza en el futuro. ¿Rezar cambia a la gente a tu alrededor?
No, no siempre, pero te cambiará a ti, pues el problema no está siempre en otros. ¿Rezar cambia tu vida de un modo que no puedes explicar? Ah, sí, siempre.
Y esto te cambiará totalmente. Entonces,
¿Rezar realmente cambia algo?
Sí, realmente cambia todo.

María, el Carpintero y el Niño

María, el Carpintero y el Niño

“Querida Virgen María:

Esta carta es para que me perdones todo lo que he escrito de Ti y del Niño y de San José, en este libro. Toda la culpa la tienen los Evangelistas (y que ellos también me perdonen), por haber escrito tan pocas cosas de tu vida. Nosotros hubiéramos querido saber muchas más cosas de Ti. Nos hubiera gustado saber cómo vivían en Belén, en Egipto, en Nazaret, en Jerusalén; dónde tenían puesto el arcón, la mesa y los tiestos con flores; qué distancia tenías que recorrer para ir al lavadero, cuánto te costaba el litro de aceite y qué cena les diste a los Reyes Magos.

Hubiéremos querido saber mil y mil detalles de tu vida, cuantos más, mejor. A fuerza de verte metida en las hornacinas de los altares, es fácil que nos olvidemos de que, en este mundo, viviste veinticuatro horas al día como una mujer sencilla y encantadora, entre pucheros, escobas, vecinas, barro, sol, cansancio, canciones, preocupaciones domésticas, tertulias y el abundante aserrín del taller de José. Es estupendo que, siendo Madre de Dios, hayas vivido en este mundo una vida como la nuestra. Es magnífico saber que eres una de nosotros. Por esto hemos meditado imaginado miles de veces lo que harías o lo que dirías en ésta y en la otra ocasión de tu maravillosa vida oculta.

Este libro es una de esas fantasías en la que te hemos imaginado a nuestra manera en aquellos días de tu vida mortal que, por otra parte, fueron tan reales y, por eso mismo, tan maravillosos. Por eso hemos redactado este apócrifo de tu vida. Un apócrifo al revés. Porque, los primitivos apócrifos, llenaron los huecos evangélicos con milagrería y maravillosismo. Nosotros hemos querido llenarlos con lo contrario: con humanismo. Con ese humanismo que es lo más amable y, a la vez, lo más realmente maravilloso que procede del misterio de la Encarnación: Que el Verbo de Dios se haya hecho carne y haya vivido entre nosotros. Y que Tú, la Madre de Dios, hayas vivido también «como nosotros».

Gracias, Virgen María. Perdóname si he escrito alguna tontería; que sí las habré escrito, y bastantes. A José, que me perdone (que sí me perdonará), si alguna vez le trato con demasiada confianza. Tú, ya sé que me perdonas, y el Niño también. Mis respetuosos saludos a José y un beso al Niño.
Pedro María Iraolagoitia

Una antigua bendición celta

Que el camino salga a tu encuentro. Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te sostenga suavemente en la palma de su mano. Que vivas por el tiempo que tú quieras, y que siempre quieras vivir plenamente. Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron, pero nunca olvides recordar aquellas que te alegraron. Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos, pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron fieles. Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron, pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día. Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado. Que nunca caiga el techo encima de ti y que los amigos reunidos debajo de él nunca se vayan. Que siempre tengas palabras cálidas en un anochecer frío, una luna llena en una noche oscura, y que el camino siempre se abra a tu puerta.Que vivas cien años, con un año extra para arrepentirte. Que el Señor te guarde en su mano, y no apriete mucho su puño. Que tus vecinos te respeten, los problemas te abandonen, los ángeles te protejan, y el cielo te acoja. Y que la fortuna de las colinas irlandesas te abrace. Que las bendiciones de San Patricio te contemplen. Que tus bolsillos estén pesados y tu corazón ligero. Que la buena suerte te persiga, y cada día y cada noche tengas muros contra el viento, un techo para la lluvia, bebidas junto al fuego, risas para que te consuelen aquellos a quienes amas, y que se colme tu corazón con todo lo que desees. Que Dios esté contigo y te bendiga, que veas a los hijos de tus hijos, que el infortunio te sea breve y te deje rico en bendiciones. Que no conozcas nada más que la felicidad. Desde este día en adelante, que Dios te conceda muchos años de vida, de seguro Él sabe que la tierra no tiene suficientes ángeles.Que el camino salga a tu encuentro. Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos

Los dos reclusos

LOS DOS RECLUSOS
Dos reclusos estaban en un oscuro calabozo al que sólo entraba un poco de luz por un ventanuco en la parte alta.
Cierto día, se pusieron de acuerdo para mirar hacia afuera subiéndose cada uno en los hombros del otro.
Subió el primero y de inmediato bajó malhumorado y renegando. Trepó el segundo y casi que no baja... estaba feliz y entusiasmado.
Le pregunta el segundo al primero: - "¿Qué viste?". - "Basura, estiércol, un sitio inmundo y repugnante", dijo. Y añadió: - "Y tú, ¿por qué bajaste tan contento?". - "Porque el cielo se veía azul, las aves revoloteaban y admiraba el Sol, las nubes y el horizonte". Ambos miraron por el mismo tragaluz, pero uno lo hizo hacia arriba y el otro hacia abajo.

Contempla la vida con una mirada de fe y confianza. Alza los ojos para levantar también el corazón. Observa todo con optimismo y siempre hallarás razones para la esperanza y la alegría.


Ballena o Sirena

Este mensaje es para esos días que nos vemos en el espejo y no nos gustamos:

Hace unos días se vio por las calles de Sao Paulo un afiche de "Runner" una de las cadenas de gimnasios más renombradas del Brasil, con la foto de una chica escultural y la siguiente frase:
"¿Este verano qué queréis ser: sirena o ballena?"
Dicen que una joven mujer, pero muy madura, de Sao Paulo (cuyas características físicas nunca trascendieron) le envió este mail a la empresa "Runner" respondiéndoles a su frase publicitaria:
Las ballenas están siempre rodeadas de amigos.Tienen una vida sexual activa, se embarazan y tienen ballenitas de lo más tiernas." Las ballenas amamantan. Son amigas de los delfines y se lo pasan comiendo camarones....
También se la pasan jugando en el agua y nadando por ahí, surcando los mares, conociendo lugares maravillosos, como los hielos de la Antártica y los arrecifes de coral de la Polinesia
Las ballenas cantan muy bien y hasta tienen CD's grabados.Las ballenas son enormes y casi no tienen predadores naturales
Las sirenas no existen.
Si existieran, vivirían en permanente crisis existencial:
"¿Soy un pez o soy un ser humano?".
No tienen hijos pues matan a los hombres que se encantan con su belleza.
Y yo agregaría que no tienen por dónde hacer el amor.
(Por Dios!!!).
Son bonitas sí, pero tristes y siempre solitarias. (¿Quién quiere acercarse a una mujer que huele a pescado frito y que no tiene hoyito como salvavidas?).
Runner, querida, prefiero ser ballena.....


P.D.: En estos tiempos de mujeres anoréxicas y bulímicas, en que la prensa, las revistas, el cine y la tele nos meten a la fuerza en la Cabeza que sólo las flacas son bellas, este mensaje trae nuevas esperanzas a las ballenitas y, ¿por qué no?, a las sirenitas que no descansan un segundo pensando en su apariencia exterior.
Yo prefiero disfrutar un helado junto a la sonrisa cómplice de mis hijos, una copa de vino con un hombre que me haga vibrar y una pasta exquisita con amigos que me quieren por lo que soy, no por cómo luzco.

A medida que envejecemos, ganamos peso. Esto ocurre porque acumulamos mucha información en nuestra cabeza. Mi cabeza, por no soportar tanta información, comenzó a llenar el resto del cuerpo. Ahora entiendo que no soy gorda,
"¡soy culta!”