lunes, 23 de febrero de 2009

El Capullo Se Arriezga.


Me encantó la cita que leí en AsAManThinketh: “Y llegó el día en que el riesgo a correr al quedarme dentro del capullo era más doloroso que el riesgo a tomar al florecer” (Anais Nin). Me llevó a pensar.
Un capullo, cuando cerrado, está protegido del viento y la lluvia. Sus pétalos delicados y su estigma están encerrados, libres de daños, arropados juntitos y seguros. ¡Pero la presión crece! Algo las empuja, una contra la otra y el chisme es que en la cima del capullo, ¡la cubierta protectora se ha partido y algunos de los pétalos están siendo empujados hacia afuera!
En realidad algunos de los pétalos estaban entusiasmados de ser libres, de poder moverse como quisieran, de saludar al sol del que habían oído tanto. Pero otros eran más cautelosos, ¡temiendo cambios innecesarios! Ahora regresa el informe de los pétalos superiores de que el sol estaba apagado y que estaban siendo azotados por el viento. Intentaban volver al capullo y todo lo que lograban era aumentar la rotura, exponiendo a otros pétalos.
¡Un gran pétalo estaba muy callado en toda la discusión resultante! Sabía que ahora estaba cerca al sol. ¡Había esperado tanto! Empujó con toda su fuerza. ¡Podía ver al rotura justo sobre él ahora! Debo intentarlo otra vez, decidió. ¡Necesito echarle una mirada! Así que se enfocó y lo intentó de nuevo.
Empujó y empujó hasta que la presión fue demasiada para el capullo y se partió por un costado. ¡El pétalo volteó sus ojos hacia afuera! ¡Qué maravilla! ¡Qué aire tan fresco! ¡Los olores! ¡El perfume! ¡Las posibilidades! ¡La libertad!
“¡Es maravilloso, simplemente maravilloso!” gritó a los pétalos tras él. “¡Vengan, mostrémosle al mundo cuán hermosos somos!” les urgió. “Pero, ¡el riesgo!” argumentaron los demás pétalos, “¡Quedémonos aquí… es más cómodo ahora que el capullo está roto!” Justo entonces se oyó una vocecita fuera: “Papito, ven rápido. ¡El capullo se está abriendo! ¡Mira el hermoso color!” “¿Puedes oler el perfume?” fue la respuesta. “No, Papito, ¡no hay olor!” “Podrás olerlo cuando todos los pétalos se abran. Será maravilloso”.
Los pétalos se quedaron en silencio por unos momentos. ¡De repente comprendieron! Florecer, ¡eventualmente les costaría todo! ¡Pero para ello habían sido creados! ¡Quedarse en el capullo y morir en la parra era impensable! “Necesitamos florecer. Necesitamos empujar todos juntos. Necesitamos ser el mejor y más atractivo florecimiento. ¡Entonces las abejas vendrán y beberán de nosotros y aunque muramos, en realidad viviremos para siempre!”
Una semana después un satisfecho pétalo yacía bajo la parra, soplado junto a la cerca. Su color se desvanecía, pero su perfume todavía permanecía fuerte. Lo habían hecho bien. La niñita los habían admirado todos los días, pero más importante aún, se habían abierto al sol por completo y las abejas habían venido. Y mientras miraba a la parra, ahora podía ver la hinchazón, justo debajo de los últimos pétalos que hablaban de fruto, con su promesa de vida nueva.
Cerca a él en la tierra yacía un capullo… nunca se había abierto al sol. La parra lo había dejado caer al suelo como inútil. Cuán triste nunca haber experimentado el sol, ¡nunca haber alcanzado la realización! ¡Cuán agradecido estaba de haber sido aquel gran pétalo con la visión y el valor de guiarlos hacia afuera!
Jo Wanme

Son muchos los que añoran una vida libre de cambios… en “estado estable”, sin darse cuenta de que aquello es una quimera, una virtual imposibilidad en nuestro mundo. Lo único constante en la vida es el cambio. No se trata si van a venir cambios sino cuántos enfrentaremos hoy.
La fábula de hoy nos muestra que aunque se corren riesgos a veces muy grandes al atrevernos a buscar algo mejor…la recompensa más que lo justifica. Por otro lado, el aferrarnos a lo que ya hemos vivido como si pudiésemos hacerlo, acaba por llevarnos al desastre. Aprendamos del capullo que se arriesgó. Adelante y que Dios les continúe bendiciendo.
Raúl Irigoyen

domingo, 8 de febrero de 2009


Cuando conduzco el coche, me molesta que quien está junto a mí, me diga qué camino tomar, que me detenga o insista que debo tener cuidado. Yo soy elconductor. Yo sé porqué hago lo que hago. Y el conductor es el único que lo sabe. Nunca hago caso de quien quiere decirme cómo manejar, porque por eso pasan accidentes".Escuché que le respondía un hombre a su amiga, cuando esta le platicó que su hija conducía un coche y le dijo que acelerase para evitar un remolque. Su hija le hizo caso, pero no alcanzó a pasarlo.El remolque se llevó el coche. Afortunadamente viven para contarlo. Como un rayo, comparé las similitudes que tiene este ejemplo con nuestra vida.Nuestro coche se llama "vida" y el Ser Supremo ha sido lo suficientemente generoso, como para darnos a cada quien un "coche" propio. Todos somos los conductores de nuestra propia vida. Desafortunadamente, muchos no asumen esa responsabilidad. Son conductores miedosos, que les gusta preguntar a cuanto tripulante tienen, qué deben hacer. Y como resultado, tienen accidentes o no están satisfechos con su vida. ¿Por qué siguen escuchando los consejos de otros, cuando no están satisfechos con los resultados?Simple. Es más fácil culpar a otros de sus fracasos, que ser responsables de sus decisiones. Es el caso de la chica que le pregunta a la mamá: "¿Qué debo estudiar?" O el caso del chico que pregunta: "¿Cuál carrera da más dinero?"Porque el precio de seguir los impulsos de tu corazón, de tomar tus propias decisiones, es la posibilidad de fracasar. Nadie puede esperar tener éxito en lo que le gusta con tan solo unos intentos. La historia está llena de hombres que estuvieron peleando por sus ideas, y que después de fracasos temporales, obtuvieron el éxito. Aplicaron la persistencia en sus sueños.La sensación de libertad, de asumir el control del volante de tu vida, te dará una seguridad y energía interior que no tiene precio. Para un militar, su orgullo son las heridas de guerra. Y para el hombre de negocios, platicar de sus fracasos, antes de alcanzar la cima. Aunque las derrotas temporales te causen dolor... cuando sean cosa del pasado, te divertirá recordarlas. Le dará más valor a tu éxito. Detén a esa persona matapasiones, y no la escuches cuando quiera dirigir el coche de tuvida, a una velocidad diferente a la que tú lo haces. Él no conoce porqué haces lo que haces. No conoce tu vida, como tú la conoces. El no comprende tus sueños y motivos. Finalmente, él en sus consejos, proyecta lo que él es.Lo que él hace. Lo que haría en tu lugar. Y si es un mediocre, y le haces caso... vas a acabar siendo un mediocre también. Observa que las personas que han tenido éxito, primero se escuchan a sí mismas. Fueron tercas en escucharse primero a ellas mismas, antes que a los demás.¿Que consejo te puedo dar? Hay dos frases que me encantan: "Caminante: no hay camino, se hace camino al andar" de Machado, y "Sigue intentando hasta que tengas éxito" de Malcolm Forbes. Recordando mi vida, veo que las actividades en que he tenido más éxito, sonen las que he aplicado estas dos frases. Y añade otro ingrediente: la esperanza. En lo que más he tenido éxito, siempre hubo un momento en el quetuve un fracaso tan doloroso, que se abrían ante mí dos caminos: seguir adelante a pesar de que parecía que no lo lograría, o resignarme. Al tomar el camino de seguir adelante... ¡lo logré! Te confieso que ya no creía en mí. Pero tenía la esperanza de lograrlo. Y la esperanza, transformó en realidad mis sueños.También, hubo momentos en los que elegí el camino de la resignación. Me excusé ante mí mismo con mil pretextos de porqué había fracasado. Pero no dejo de pensar que pude haber elegido la otra vereda y que pude haber tenido éxito. La esperanza debes mezclarla con la persistencia también.La fe en un Ser Supremo también ha sido muy importante para mí. Me ha dado la paz y serenidad necesarias cuando parece que mi mundo se voltea de cabeza.Te invito a que experimentesla emoción de conducir el coche de tu vida.Disfrútalo a tu ritmo, a tu manera. ¡Y condúcelo hasta las estrellas!¡Suerte!Colaboración de Edgar Martínez.


No cabe duda de que todos tenemos tan sólo una vida que vivir. Nunca tendremos otra oportunidad de pasar por esta Tierra, por lo que necesitamossacarle el máximo provecho a los años que nos han sido concedidos de este lado del Cielo. Necesitamos asumir plena responsabilidad por nuestra vida y actuaciones y aferrarnos a Quien nos puede ayudar de veras, no sólo a alcanzarlas metas que nos hayamos trazado (algunas de las cuales pudiesen estar un tanto torcidas con respecto a Sus planes para nuestras vidas), sino a formular nuevas y mejores metas que redunden en genuina bendición para nosotros y quienes nos rodean. Atrevámonos a confiar en el Salvador y avanzar con fe a poseer nuestros mañanas para ser de bendición. Adelante y que Dios les bendiga.

viernes, 6 de febrero de 2009

Que tengas un buen día


Esta mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer antes que el reloj sonara. Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Soy importante. Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener. Hoy puedo quejarme porque el día esta lluvioso o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas. Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero o puedo estar contento que mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia. Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo regocijarme de que estoy vivo. Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido. Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas o puedo celebrar que las espinas tienen rosas. Hoy puedo autocompadecerme por no tener muchos amigos o puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones. Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo. Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a la escuela o puedo abrir mi mente enérgicamente y llenarla con nuevos y ricos conocimientos. Hoy puedo murmurar amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar o puedo sentirme honrado porque tengo un techo para mi mente, cuerpo y alma. Hoy el día se presenta ante mi esperando a que yo le de forma y aquí estoy, soy el escultor. Lo que suceda hoy depende de mi, yo debo escoger qué tipo de día voy a tener. Que tengas un gran día... a menos que tengas otros planes.